Sorprendió la noticia de que Perú no ha pagado ni comprometido ningún lote de vacunas contra el COVID-19. Por ello, recién en 2022 (The Economist) seríamos vacunados. El gobierno de Sagasti heredó el legado, pero la ministra Mazzetti, funcionaria de experiencia, y vinculada al sector desde que Zamora era ministro, fue ratificada y ahora balbucea ante tamaña ineptitud, afectando su credibilidad.
El expresidente Vizcarra mintió una vez más, promocionaba en conferencias cuasi diarias “su lucha contra la pandemia”. Absoluto fracaso económico (-12.5% PBI) y de salud con contagios y muertes por millón; peor aún, teniendo el poder y popularidad, fue incapaz de comprar las vacunas para la población, siendo principal responsable de la crisis sanitaria y de las muertes por venir. Mientras tanto, el mundo se vacuna: INEPTITUD INEXCUSABLE. Se pretende aprovechar el desprestigio parlamentario para responsabilizar al Congreso, pero: (i) las vacunas las compra el Ejecutivo, no el Congreso, (ii) los laboratorios venden vacunas a quien las paga, y (iii) estamos en emergencia nacional. Ya existen la Ley 29459 y el DU 110, no se necesitaba nueva ley. Las necesidades de salud pública son obvias con pandemia global.
La mayoría de países negoció desde mayo la compra de vacunas con varias empresas, incluso países de la región convulsionados como Chile. Otros como Colombia, Panamá y México, también aseguraron la vacuna.
Vizcarra, uno de los peores presidentes del mundo durante la pandemia, mantiene alta aprobación, pero esta no lo blindará del juicio de la historia. La crisis en salud extenderá la crisis económica afectando empleos en sectores estratégicos: turismo y comercio.
Ahora también necesitamos vacuna contra la incompetencia.